También conocida como la Villa Imperial, fundada a los pies del famoso Cerro Rico. Como ciudad histórica es otro de los mayores legados del período colonial, con más de 30 iglesias coloniales que combinan su parte mística con las 30,000 entradas de mina, cuyos ritos de ofrenda al “tío” o diablo pidiendo suerte en el trabajo minero, crean el contraste ideal entre el bien y el mal.