Partimos de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, alrededor de las 7:30 de la mañana. Nuestro camino nos lleva por la Ruta Nacional 38, pasando por las antiguas estaciones de tren de Miraflores, Huillapima y Chumbicha.
Continuamos nuestro viaje y nos adentramos en la Quebrada de la Cébila. Nuestra siguiente parada es Aimogasta, en la provincia de La Rioja. Esta localidad montañosa nos recibe con su belleza natural, sus viñedos y vastas plantaciones de olivos. A solo 4 kilómetros de allí, en Arauco, encontramos el olivo de 400 años, testigo del origen de la olivicultura argentina.
Dejamos atrás Cerro Negro y llegamos a Londres, un histórico pueblo que fue la primera ciudad catamarqueña. Este lugar, con cerca de 400 años de historia, nos transporta a tiempos pasados. Desde allí, nos dirigimos a las Ruinas de El Shincal, un importante sitio arqueológico que guarda misterios aún no revelados. Un guía nos explicará la relevancia de este gran reservorio de nuestra herencia aborigen.
Nuestro viaje continúa hacia Belén, una pintoresca ciudad famosa por sus artesanías de excelente calidad, especialmente en tejidos de llama y vicuña. Visitaremos las casas de las teleras para observar cómo se fabrican estas prendas en rústicos telares indígenas. Haremos una pausa para disfrutar del almuerzo (no incluido).
Después de este descanso, exploraremos la Quebrada de Belén, donde la naturaleza ha favorecido al hombre con arroyos y sauzales. Los cursos de agua contrastan con las piedras de increíbles tonos, creando un hermoso paisaje.
Seguimos la ruta del sol y llegamos a la Puerta de San José, una pequeña y pintoresca población con un microclima ideal para liberar el espíritu y disfrutar de los cálidos días de verano.
Cuando cae la tarde, las primeras estrellas nos indican que es tiempo de volver, después de haber disfrutado de un día lleno de experiencias inolvidables.