San Antonio de Los Cobres, cabecera del
Departamento de Los Andes, es un típico pueblo de la Puna salteña,
el cual debe su reconocimiento a la condición de parada del Tren a
las Nubes, que viniendo desde la capital provincial llega hasta el
Viaducto La Polvorilla, cautivando los sentidos de quien viaja a
bordo, pero también de quien lo observa imponente desde el
suelo.
Para el hombre, la Puna es un ambiente hostil: la altura es
sinónimo de baja presión atmosférica, y por tanto de menor
cantidad de oxígeno en el aire. No obstante, la atracción de Los
Cobres compensa de sobra el apunamiento, o soroche como se le llama
en la zona. El pueblo se ofrece con todo su esplendor de leyenda y
riqueza mineral. En tanto que la fisonomía indígena atrapa con su
arquitectura sencilla, y el paisaje circundante asombra al
visitante.
Frío y ventoso, asentado en el centro de un valle
agreste, en la parte más baja de la espectacular Quebrada del Toro,
y junto al río que repite su nombre, San Antonio de Los Cobres
permite contemplar el magnífico Nevado de Acay, así como acceder al
destacable yacimiento arqueológico de Tastil.
El novedoso Museo
Étnico Arqueológico, y las fuentes termales de Pompeya e Incachuli,
se suman a la lista de atractivos de este poblado salteño sin agotar
sus bellezas y posibilidades.