La
ciudad del tango tiene voz propia. En cada esquina se asoman palabras
porteñas. Hay que estar atentos: las calles de Buenos Aires hablan
lunfardo.
El
lunfardo abarca gran parte del habla coloquial de Buenos Aires. José
Gobello, fundador de la Academia Porteña de Lunfardo, lo define como
un vocabulario compuesto por voces de diverso origen que el hablante
de Buenos Aires utiliza en oposición a la lengua común. Querés entender más de que hablan los argentinos, cursos de castellano! CLICK AQUI
El
origen.
El lunfardo nació en la segunda mitad del siglo XIX gracias a la
inmigración masiva de europeos. Con
la llegada de franceses, alemanes y, principalmente, italianos y
españoles, se han incorporado al habla porteña numerosas palabras
extranjeras.
La
fusión. El
conventillo y el prostíbulo fueron los puntos de encuentro por
excelencia. Los inmigrantes y los criollos coincidían en estos
espacios y en ellos se comenzaron a fusionar las diferentes voces.
Por esta razón, el tango y el lunfardo surgieron al mismo tiempo: en
el prostíbulo coexistía un abanico de danzas, culturas y lenguas
que en su amalgama generó una nueva música y una innovadora forma
de hablar que, hoy por hoy, son los símbolos que caracterizan la
peculiar idiosincrasia porteña.
Mini
diccionario de lunfardo.
(Imprescindible
para el viajero)
Afanar:
Robar.
Boliche:
Discoteca.
Boludo:
Tonto, estúpido // Vocativo afectivo que utilizan los jóvenes para
llamar a sus amigos.
Bondi:
Colectivo.
Buena
onda:
Buena energía, cool.
Chau:
Adiós.
Chabón:
Persona.
Che:
Vocativo característico de los argentinos. Por esta interjección
Ernesto Guevara es llamado “el Che”.
Chorro:
Ladrón.
Gil:
Tonto, imbécil.
Mango:
Peso (unidad monetaria argentina).
Mina:
Mujer.
Pibe:
Chico.
Plata:
Dinero.
Pucho:
Cigarrillo.
Quilombo:
Desorden, caos.
Re-:
Muy (prefijo de intensidad).
Tacho:
Taxi.
Telo:
Albergue transitorio.
Tipo:
Hombre.
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