Visita guiada al Teatro Colón: entradas y lo que hay que saber antes de ir

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  Joaquín Colman 11/06/2016

Existen puntos emblemáticos en la ciudad de Buenos Aires, lugares que uno debe visitar casi obligatoriamente si lo que se quiere es conocer a fondo la cultura del país. La lista puede ser amplia, y empezar por el Museo de Arte Decorativo, el Palacio Barolo, la Casa Rosada y el Cabildo.

Cualquiera que planee un viaje a Buenos Aires sabe que el Teatro Colón no es solo un edificio imponente en el corazón de la ciudad, sino un símbolo de la cultura, la historia y la pasión por las artes escénicas a nivel internacional. Se trata de una de las salas de ópera renombradas en las capitales culturales del mundo por su acústica excepcional, valor arquitectónico y nivel de convocatoria artística.

Desde fines del siglo XIX hasta hoy se lo considera al nivel de la Scala de Milán, la Ópera de París y el Metropolitan de Nueva York, entre otras usinas del más alto nivel artístico. Por eso, presenciar un espectáculo acá es una experiencia inolvidable, pero no agota todo lo que el Colón puede darle a sus visitantes.

Historia del Teatro Colón: cambio de sede y apuesta cultural

La idea surgió en la segunda mitad del siglo XIX, en un contexto de crecimiento y modernización de la ciudad. Inaugurado en 1857, el primer Teatro Colón estaba ubicado frente a la Plaza de Mayo, pero al poco tiempo esa ubicación quedó pequeña y obsoleta.  

En 1888, el intendente Torcuato de Alvear impulsó la construcción de un espacio cultural que pusiera a Buenos Aires a la altura de las grandes capitales del mundo cuando. El proyecto fue encargado al arquitecto italiano Francesco Tamburini, que comenzó la planificación sobre el terreno ubicado en la manzana delimitada por las calles Cerrito, Viamonte, Tucumán y Libertad.

Sin embargo, Tamburini falleció en 1891, por lo que su discípulo Víctor Meano continuó la obra. Más tarde, el belga Jules Dormal se unió al proyecto y realizó importantes aportes sobre la ornamentación lograda hasta el momento. Así, completó la construcción, y todo estuvo listo para la inauguración.

El 25 de mayo de 1908, el Teatro Colón abrió sus puertas con la ópera Aída de Giuseppe Verdi. Desde entonces, ha sido testigo de actuaciones legendarias de ópera, ballet y orquestas sinfónicas, y albergado a artistas como Luciano Pavarotti, María Callas y Plácido Domingo, entre muchos otros.

Su historia está llena de curiosidades. Una es la anécdota del gato que, durante una de las primeras funciones, se convirtió en un protagonista improvisado al pasearse por el escenario, ganándose los aplausos del público.

Con el paso de los años, el Teatro Colón pasó por varias renovaciones y restauraciones. Una de las más importantes tuvo lugar entre 2006 y 2010, cuando fue cerrado para una renovación completa que incluyó la modernización de sus instalaciones técnicas y la puesta a punto de sus atributos arquitectónicos y decorativos.

Una joya arquitectónica

El Teatro Colón es una obra maestra arquitectónica que combina estilos como el ático griego, el Renacimiento italiano, la elegancia francesa y la solidez alemana. Con una superficie de 58.000 m², el edificio impresiona tanto por fuera como por dentro.

La sala principal, con capacidad para 2.487 espectadores, está distribuida en siete niveles y es famosa por su acústica perfecta. Esto último se debe, en parte, a su forma de herradura: se dice que el sonido de una moneda cayendo en el escenario puede escucharse en cualquier rincón de la sala. Asimismo, cuenta con un foso de orquesta que puede albergar a más de 100 músicos.

Además de la sala, el teatro cuenta con espacios emblemáticos como el Salón Dorado, el Salón de los Bustos y el Foyer, cada uno decorado con detalles que reflejan el lujo y la sofisticación de la época. Una de las postales que más impactan al ingresar es la cúpula, decorada por el pintor argentino Raúl Soldi.

El Colón también alberga talleres de vestuario y escenografía, un Instituto Superior de Arte y un Centro de Experimentación Musical. Estas dependencias hacen del teatro un lugar donde no solo se presentan espectáculos, sino que también se crean y se enseñan las artes.

Teatro Colón: visita guiada y entradas para funciones

Visitar este lugar es una experiencia inolvidable, solo comparable a tours similares en capitales culturales del mundo. La visita guiada al Teatro Colón de Tangol está diseñada para conocer los rincones más emblemáticos del lugar, desde la sala principal hasta los talleres donde se confeccionan los trajes y se construyen las escenografías. 

El recorrido propone una mirada del detrás de escena, para comprender el trabajo meticuloso que hay detrás de cada producción artística en cartelera. También el Foyer Principal, la Galería de Bustos y el Salón Dorado. Todo con guia cultural especializada. 

Además de las visitas, asistir a una función en el Colón es un ritual que todo amante de la música y el teatro debería vivir. Ya sea una ópera, un ballet o un concierto sinfónico, la magia del escenario y la calidad artística son difíciles de comparar.

  • Horarios y entradas: Las visitas guiadas suelen estar disponibles todos los días, con varios horarios a lo largo de la jornada. Es recomendable reservar las entradas con anticipación, especialmente durante la temporada alta o en fechas especiales.
  • Idiomas: Las visitas guiadas se ofrecen en varios idiomas, incluidos español e inglés, para atender a turistas de diferentes partes del mundo.
  • Accesibilidad: El Teatro Colón cuenta con facilidades para personas con movilidad reducida, asegurando que todos los visitantes puedan disfrutar de la experiencia.








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