La Reserva Villavicencio es un parque protegido con una superficie de 67.000 hectáreas y se extiende en la Precordillera, por la Sierra de Uspallata, entre los 900 y los 3.200 metros sobre el nivel del mar. En esta reserva ubicada a 50 kilómetros de la ciudad de Mendoza, en la localidad de Las Heras, vas a poder estar en contacto con una gran cantidad de especies animales y vegetales típicas de la zona. También vas a conocer el imponente Hotel Villavicencio y recorrer el famoso camino de los caracoles con paisajes maravillosos.
Uno de los objetivos de la Reserva Natural Villavicencio, que fue declarada oficialmente bajo esta denominación en 2001 por parte de la Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza, es proteger los ecosistemas naturales y las especies de flora y fauna nativa. Desde el año 2009 también se incorpora al Programa Refugios de Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) para fortalecer la protección.
En la Reserva, los visitantes pueden avistar especies exóticas como los guanacos, pumas, zorros, águilas mora, cóndores, y una gran variedad de especies vegetales entre las que se destacan, los cáctus, flores de San Juan y chañares.
Otro de los objetivos de Villavicencio está relacionado con preservar de la contaminación a los recursos hídricos, en particular a los cursos de recarga y a los acuíferos subterráneos de agua mineral natural. El agua en este parque emerge del interior de las montañas, creando más de 100 humedales, que tiene como resultado un agua de gran pureza.
Antes de que comiences el recorrido por este gran parque natural es recomendable acercarse al Centro de Interpretación. Se encuentra en el ingreso a la Reserva Villavicencio sobre el camino de acceso sobre la Ruta 52. Aquí los guardaparques brindan información sobre las características de esta zona protegida, los recorridos y todo lo que se puede hacer en la zona.
Para que tengas toda la información necesaria para circular por esta maravilloso espacio natural, te dejo a continuación todo lo que podes hacer durante el recorrido:
Conocer el Hotel Villavicencio
A tan sólo 500 metros de ingresar a la reserva vas a poder ver el atractivo turístico más importante dentro de la reserva, el llamativo Hotel Villavicencio, construido en 1940 con un estilo europeo y una arquitectura alpina normanda a 1750 metros sobre el nivel del mar.
La historia del lugar se remonta a la fundación de Mendoza. En el año 1500, se crea la estancia de Canota por medio del registro de propiedad N° 1, en una zona que tenía un gran potencial para el desarrollo de la minería y la ganadería.
Los primeros en ocupar el lugar fueron los Jesuitas, quienes construyeron hornillos para la fundición de oro y la plata, los que eran trasladados por medio de mulas a Chile desde las Minas de Paramillos.
En 1680, el capitán canario Joseph Villavicencio (fue uno de los capitanes que acompañó a Pedro del Castillo durante la fundación de Mendoza) se instala en el lugar y descubre minas de oro y plata a unos 12 kilómetros de la actual ubicación del hotel.
En aquel entonces existía en el lugar una precaria casa o posta que hacia 1810 ofrecía a los viajeros un refugio pese a las escasas comodidades. Uno de los huéspedes más renombrado fue el naturalista inglés Charles Darwin, quien en 1835 descansó en Villavicencio por dos días durante uno de sus viajes y descubre el bosque de araucarias fósiles, sumando el hallazgo a sus crónicas que luego forman parte de "El Origen de las Especies".
Hacia 1923, el ganadero y miembro de la Sociedad Rural Argentina, Ángel Velaz adquiere estas tierras para dar iniciativa al emprendimiento de las Termas de Villavicencio. Durante su gestión se construye una planta de fraccionamiento y embotellado de agua mineral y un caño de agua que iba desde las vertientes manantiales hasta la ciudad de Mendoza. Desde este lugar el agua era distribuida en botellas de vidrio hacia diferentes puntos del país.
En 1934 un gran aluvión afecta al hotel de Cacheuta e inhabilita el Tren Trasandino, el cual permaneció cerrado por 10 años y se vio afectado el trazado de la ruta entre Mendoza y Uspallata. Al paralizarse el transporte al país vecino, fue reactivada la Ruta 7 que en aquel entonces su traza pasaba por Villavicencio.
Para facilitar el acceso a Punta de Vacas, fueron construidos los Caracoles de Villavicencio, camino que cuenta con 365 curvas y pertenece a la actual Ruta Provincia N° 52. Aprovechando esta situación, Velaz decide impulsar nuevamente a Villavicencio y construir un nuevo hotel, de grandes dimensiones y lujos (30 habitaciones con baños para tratamientos termales, restaurante, confitería, bar, panadería, peluquería, sala de juegos, una capilla neocolonial y una espaciosa sala de estar con hogares a leña), destinado a las altas clases sociales.
En 1943, Ángel Velaz fallece en el hotel y sus sobrinos se hacen cargo del emprendimiento. En 1979 el empresario Héctor Greco compra el hotel y la planta embotelladora de agua. La idea del Grupo Greco era hacer una gran inversión y ampliar el hotel llevándolo a 150 habitaciones. Pero la alta demanda de agua y electricidad hicieron que se descarten estos planes y el hotel se cierra definitivamente hasta el año 2000 que se formaliza la compra de Termas de Villavicencio por parte del grupo de capital francés Aguas Danone de Argentina y se crea la Reserva Natural Villavicencio.
En el 2013 el hotel fue declarado Monumento Histórico de la Nación, y actualmente, se encuentra fuera de funcionamiento pero los visitantes pueden recorrer los jardines (diseñados por Carlos Thays hijo, tienen una gran cantidad de árboles, estanques y canales artificiales), almorzar o tomar el té en el parador de campo que se encuentra del hotel. Este se encuentra abierto de miércoles a domingos y en su breve carta se puede disfrutar de los mejores vinos mendocinos y la especialidad de la casa: unos sándwiches imperdibles de jamón crudo.
Además, cuentan con variedad de pastas, carnes y ensaladas. Para los que desean tomar el té, tienen una carta de tortas y panificados en los que se destacan los croissants de chocolate fundido.
A pocos metros del hotel se pueden divisar los manantiales, donde antiguamente el agua era embotellada y comercializada en la región por sus propiedades de pureza.
Fauna: qué ejemplares podes avistar
Algunas de las especies animales que podes avistar en la zona son los zorros colorados, guanacos, que suelen ser acechados por el puma, el mayor predador del área. También están las vizcachas de la sierra, gatos del pajonal, los ratones de montaña, agachonas, maras (también llamada "liebre patagónica”), gatos monteses, choiques y otras especies sedentarias como lagartos, lagartijas y sapos andinos.
Mientras que por el lado de las aves, se puede avistar cóndores andinos, halcones, los matamicos, águilas mora y pequeños picaflores. Los arroyos y ríos se encuentran pobladas por aves acuáticas como pato crestón, del torrente y el chorlo de vincha.
Las especies más adaptadas a la presencia humana son los comesebo, camineras, viudita, gauchito y chingolos, comúnmente vistos en las cercanías del hotel.
La flora de Villavicencio
En la Reserva Villavicencio se pueden identificar 3 ambientes: Monte, Cardonal y Puna, en ellos habitan y crecen 200 especies de flora.
En el monte (700 a 1200 msnm) dominan arbustos resinosos, siempre verdes. En el Cardonal (1200 a 2700 msnm) hay laderas solanas y umbrías con presencia de cardones. Y en la Puna (2700 a 3300 msnm), donde hay una gran amplitud térmica se pueden encontrar los berros amarillos.
En estas áreas también se pueden encontrar especies de flor de San Juan, Dipyrena glaberrima, marancel, chañar, zampa, jarillas, retamo, algarrobo dulce, aguaribay (especie introducida).
Entre las cactáceas hay Cereus aethiops, Echinopsis leucantha, Opuntia sulphurea, Lobivia bruchii, Echinopsis formosa, Denmoza rhodacantha, Tunilla corrugata y Maihuenia patagonica (chupa sangre).
Otras plantas presentes son el chil chil, la espina de pescado, la retama europea y la rosa mosqueta, estas dos últimas son especies introducidas.
En la zona también vas a poder observar que predominan los pastizales abiertos como de huecú y coirones.
Los arroyos de deshielo que bajan por las laderas alimentan pequeñas praderas y humedales de pastos verdes llamados “vegas”. También pueden apreciarse juncos, ciperáceas y otras especies de pastos.
En el área también se pueden ver acerillo o coli-mamil (Adesmia pinifolia). Es un arbusto espinoso, de tronco grueso, puede alcanzar en algunos casos los 3 metros de altura. Sus ramas son de corteza amarilla.
Andar en mountain bike por los caminos de Villavicencio
La actividad de mountain bike por los caminos de Villavicencio es una travesía que no requiere de mucho esfuerzo, ya que los caminos son de ripio pequeño y en su mayoría en bajada, es ideal para quienes buscan un poco de aventura y adentrarse en la naturaleza de este maravilloso parque.
El circuito parte desde el ingreso a la reserva (RP52 a 50 kilómetros del centro de Mendoa), son en total 50 kilómetros en bicicleta. Los pasajeros son trasladados desde el centro de la ciudad en una camioneta 4x4 junto con las bicicletas. Durante el traslado a la reserva se pasa por la zona de Potrerillos y luego por Uspallata, siguiendo 7 kilómetros hacia el Cerro Tunduqueral hasta el ingreso a la reserva Villavicencio. En esta área los pasajeros descienden de la camioneta para subirse a las bicicletas y comenzar la travesía por el camino interno de los Caracoles.
Durante el circuito vas a cruzarte con guanacos, ñandúes, maras, pumas, zorros, chinchillones, choiques, águilas mora y cóndores, y una gran variedad de especies vegetales como el algarrobo blanco, arrayán, y la flor de San Juan.
La pedaleada se realiza con un guía que dirige y explica las curiosidades de este inmenso parque. Son pocos los tramos de exigencia, ya que todo el camino es en descenso, lo único necesario es cuidar el equilibrio y dirigir la bici durante los tramos más rápidos en las pendientes.
A los 25 kilómetros se realiza la primer parada para descansar y realizar un picnic bajo los árboles. Se sirven en un mantel sándwiches de queso y jamón crudo, platitos con aceitunas y maníes, con papitas y otros tentempiés. Se ofrece agua y Coca Cola para los que desean hidratarse y recuperar energía para volver a subirse a las bicicletas y continuar pedaleando hasta el Gran Hotel Villavicencio, donde te darán toda la información arquitectónica, histórica y todos los datos curiosos que alberga este hotel. Durante este trayecto también van a caminar por los jardines y se volverán a subir a las mountainbikes para hacer los últimos kilómetros hasta interceptar otro tramo de sendero, esta vez ya asfaltado.
Van a llegar hasta una parte donde comienza la ruta 52 y que se encuentra en sentido ascendente, por lo que siguiendo con la consigna de la travesía sin esfuerzo, en este punto espera la camioneta 4x4 donde se colocan en la parte trasera de la camioneta las bicicletas y se vuelve a la ciudad, al punto de partida.
Conocer la historia del Monumento Canota y visitar los petroglífos
En la reserva se encuentra el monumento Canota construido en 1935 por el gobernador Ricardo Videla, lugar que señala el sitio donde se separó una de las agrupaciones en las que San Martín había dividido al Ejército Libertador para el cruce de los Andes. Este monumento se ubica en el kilómetro 36 de la Ruta Provincial 52 camino a Villavicencio.
Uno de los murallones representa a las columnas comandadas por el General José de San Martín y el General Las Heras, el otro murallón representa a las columnas comandadas por el General O’Higgins. Aquí se cumplió la primera etapa de la División de Vanguardia del Ejército Libertador, al mando del General Las Heras en su ruta hacia Chile, partiendo el día 20 de enero hacia Uspallata poco antes de las 9 de la mañana.
Cercano al monumento también se encuentran los petroglifos de Canota, ubicados a pocos metros en la quebrada de El Manzano, en el pedemonte oriental de la precordillera. Son un conjunto de grabados de figuras antropomorfas, zoomorfas y geométricas hechos sobre tres grandes bloques (piedras), que se calcula pueden ser del período temprano o medio de la etapa agroalfarera de la región, entre los siglos IV y X d.C. Los diseños muestran ciertas características particulares y con importantes diferencias del resto del arte rupestre de Cuyo.
En estos petroglifos se puede ver lo que expresaba la civilización antigua a través del arte rupestre. Las rocas están caladas con variadas figuras antropomorfas. Entre ellas algunas con apariencia de avestruz, de hombrecillos simples, de líneas ondulantes, serpientes, y un ave de rapiña con sus alas desplegadas.
Este lugar se considera un punto energético, que era tomado como un sitio sagrado por culturas aborígenes (Huarpes), por lo que es común ver gente haciendo meditaciones o prácticas de yoga.
Recorrer Villavicencio en 4x4
La mejor forma de apreciar toda la belleza de este parque natural es recorriendo el Camino de los Caracoles. Este se inicia en el ingreso a la reserva Villavicencio. Su nombre se debe a que este tramo (parte de la Ruta Provincial 52 que une Mendoza con Uspallata) asciende por los cerros con un trazo de curvas y contracurvas que van bordeando imponentes desfiladeros y paredes de piedra.
Se puede realizar
alquilando un auto, pero para sumar mayor emoción al viaje y de paso apreciar la riqueza natural de la zona, lo mejor es contratar las
excursiones en camiones 4x4 con balcones.El ascenso por la estrecha ruta de tierra y el devenir de las curvas sobre los desfiladeros otorgan una buena pizca de adrenalina y emoción. A ello se suma el lento avanzar que permite apreciar en detalle las montañas, el sinuoso trazado de la ruta y el Hotel Villavicencio, rodeado por un frondoso bosque.
La fauna es una gran protagonista aquí. En la reserva viven 56 clases de mamíferos, de los que el guanaco es el más visto, aunque también se pueden ver con regularidad zorros, liebres, cuises, armadillos, hurones, ñandúes y, si tenes mucha suerte, hasta algún puma. Las aves también están presentes con un total de 176 especies. Se puede apreciar el vuelo de cóndores, águilas, aguiluchos, halcones peregrinos y hasta bandurritas, un pequeño pájaro cuyo canto es una alarma natural que anuncia la presencia de depredadores en la zona.
Es un recorrido de 23,5 kilómetros, tras lo cual el camión abandona la RP52 para entrar en el sector de los Paramillos. Aquí el motor se detiene y todos se bajan para empezar un pequeño trekking de 1,8 km hacia Manto de Cobre, unas antiguas minas que datan de finales del siglo XIX. En el camino vas a poder apreciar más tropillas de guanacos, mientras que en la boca de las cuevas te encontrarás con algún búho y varios chinchillones, una curiosa liebre con cola de ardilla que salta por las paredes de piedra.
La mina se destaca por la altura de los faldones de roca previos a la entrada y que evidencian la magnitud de la rudimentaria excavación, que se realizó de arriba hacia abajo. La oscura cueva sorprende por la altura del techo, mientras que en las paredes todavía se pueden apreciar restos de cobre, roca volcánica y cristales de cuarzo. El recorrido continúa hacia una segunda excavación de menor tamaño y similares características.
Otra parada obligatoria para realizar durante el Camino de los Caracoles y que se encuentra señalizada como el mirador “El Balcón”, es un anfiteatro natural de más de 100 metros de altura que vale la pena conocer, donde vas a poder divisar los picos cordilleranos de mayor altitud, entre ellos los de El Aconcagua.
El paseo termina con un corto ascenso hacia uno de los puntos más altos de la zona, la Cruz del Paramillo. Es el límite austral de la Puna argentina, un balcón natural desde el que se puede apreciar la cara este del Aconcagua, el glaciar de los Polacos y la Cordillera Frontal.
Cómo llegar a la reserva natural Villavicencio
Para llegar a la Reserva Natural Villavicencio desde la ciudad de Mendoza hay que hacerlo en
auto, tomando la
Ruta 52 durante 50 kilómetros hasta las señalizaciones que van anunciando el ingreso al parque. La duración del viaje es de aproximadamente una hora.
Una forma de conocer esta reserva es a través de la
excursión Villavicencio con el que están incluidos los traslados y tenes la posibilidad de conocer el complejo hotelero, los miradores y los puntos más importantes del lugar durante 5 horas.
La reserva se encuentra abierta de miércoles a viernes de 9.30 am a 6 pm. Mientras que los sábados y domingos abre de 9.30 am a 6.30 pm.