Cada primavera, el Sol, las flores y cierta alegría adolescente invaden la atmósfera de Buenos Aires. Por eso, para los que buscan disfrutar de la estación más romántica del año, visitar el Delta de Tigre es una buena alternativa, sobre todo si el plan es conocer un destino cercano y con variedad de actividades.
Una hermosa ribera bordea las aguas mansas del Río Luján, que Jorge Luis Borges definió en su poema "Las Islas de Tigre" como “un río tan lento que la literatura ha podido llamarlo inmóvil”. Este afluente acaricia plácidamente el puerto, antes de desembocar en el Río de la Plata. Aire limpio y un paisaje armonioso decoran la arquitectura del municipio.
En un primer momento, el partido fue llamado Las Conchas, aunque ya en 1952 se oficializó como Tigre. Muchos datos históricos constatan la presencia de indígenas guaraníes que vivían de la pesca y del cultivo de maíz. No obstante, otras versiones aseguran que las islas del Delta fueron escondite de contrabandistas.
Barcos de paseo en Tigre: cómo y desde dónde embarcar
Una buena forma de comenzar el recorrido es partir de Puerto Madero, tomando una embarcación para conocer la cosmopolita Ciudad de Buenos Aires desde el río. La excursión Navegando al Tigre de Tangol propone este punto de partida, e incluye almuerzo y guia especializada durante el paseo.
Durante la navegación se puede ver el puerto, el Hotel de los Inmigrantes, el Club de los Pescadores y los círculos de yacht y remo de la zona norte de la provincia de Buenos Aires.
Una vez que se llega al Delta, el agua abunda de deportistas practicando remo, kayak, canoa, Wakeboard y esquí náutico. Desde lejos ya pueden verse las tres dársenas que constituyen el Puerto de los Frutos, famoso entre habitantes locales y extranjeros.
Cada fin de semana miles de personas conocen los puestos de artesanos, donde pueden comprar maderas labradas, piedras, frutas, verduras, juncos y cañas, entre otros objetos. Uno de los productos regionales más solicitados son las cestas y muebles de mimbre, un cultivo que promovió Domingo Faustino Sarmiento.
Otra alternativa es tomar un catamáran desde la Estación Fluvial de Tigre. Este paseo en el Delta atraviesa los atractivos culturales y urbanos del municipio sobre una embarcación especial, y es ideal para quienes prefieren un trayecto corto y enfocado en la zona de las islas.
Qué hacer en Tigre y el Delta: visitas y propuesta gastronómica
Lo mejor para pasar un día en el Delta es recorrer sus principales atractivos culturales. El Museo de Arte de Tigre, declarado Monumento Histórico en 1979, se abre en el predio ubicado en el Paseo Victorica. Abunda en columnas dóricas simples y motivos ornamentales de laureles (símbolo de gloria) y de encina (signo de fuerza).
La colección permanente tiene obras de arte figurativo argentino de los siglos XIX y XX, además de pinturas de artistas renombrados como Benito Quinquela Martín, Eduardo Sívori, Antonio Berni o Raúl Soldi.
Muy cerca está ubicado el Museo Naval, creado en 1892. Embarcaciones típicas, cartografía antigua, pinacoteca naval y uniformes son las piezas destacadas de este atractivo cultural.
A la hora de comer, existen diferentes variedades de restaurantes y bares que brindan una experiencia gastronómica acorde a todos los gustos. Comida japonesa, centro europea, pizzerías y parrillas son algunas de las opciones para compartir un almuerzo en familia o con amigos.
Los más chiquitos tienen un lugar dedicado a ellos. El Parque de la Costa es la geografía perfecta para adentrarse en el mundo de la imaginación. Un laberinto encantado, un juego que emula el Aconcagua, varias montañas rusas, botes chocadores y otros divertimentos son ideales para divertirse con los chicos.