Huellas indígenas: Una vuelta al origen

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  Tangol 04/07/2016

Las ruinas aborígenes son el testimonio vivo de nuestras raíces. La Argentina autóctona se revela a través de ellas y nos invita a conocerla en un viaje al pasado para repensar el presente.

Desde el origen. El término aborigen significa etimológicamente desde el origen y se utiliza para designar al habitante originario del suelo en el que vive. A lo ancho y largo del país, encontramos numerosas ruinas aborígenes que nos ayudan a reconstruir la historia, cultura y tradiciones autóctonas de nuestro pueblo. La Argentina precolombina vive en esas tierras y desde sus vestigios nos convoca a descubrirla.

Hacia las ruinas. El turismo arqueológico nos lleva a conocer una cultura desde raíz. Para este viaje al pasado, Argentina cuenta con grandes y valiosos testimonios plasmados en ciudades en ruinas, pinturas rupestres y trabajos en distintos materiales, como piedra, bronce y cerámica. Adentrarse en este maravilloso universo nos permite experimentar cómo vivían los primeros habitantes del actual territorio argentino.

Ruinas de Quilmes. En la provincia de Tucumán, a 15 km. de Amaicha del Valle, se encuentra lo que fue el mayor asentamiento prehispánico de la Argentina. Las primeras evidencias de población datan del 800 d.C. y se estima que hacia mediados del S. XVII la zona habría alcanzado los 10.000 habitantes. La ciudadela tenía una ubicación estratégica: situada en la cima del cerro Alto del Rey -a 1.850 metros de altura-, permitía controlar el valle en toda su magnitud. Gracias a esta inigualable geografía a y su desarrollada organización social y económica, los Quilmes lograron resistir durante 130 años a los intentos de evangelización y conquista militar españolas, convirtiéndose en el último bastión indígena ante el avance colonizador. Al pie de las Ruinas, encontramos el imperdible Museo de Sitio donde se exhibe el material de las excavaciones: fortalezas, reductos defensivos, corrales, depósitos con paredes de laja, núcleos habitacionales y alfarería son algunas de las reliquias descubiertas en esta imponente ciudad de barro y piedra.

Santa Rosa de Tastil. A 100 km. de la ciudad de Salta, se emplazan las Ruinas de Tastil. A 2,5 km. del pueblo y 200 metros de altura, asoman las paredes de una ciudad que estuvo habitada entre los años 1.300 y 1.400 d.C. Sus 440 complejos habitacionales cubren un área de aproximadamente 12 hectáreas y se estima que la ciudadela podría haber albergado a más de 2.000 habitantes. Cuenta con cinco plazas comunales pero, al no poseer caminos, se conjetura que se caminaba sobre los muros y se accedía a las viviendas a través de los orificios de los techos. A partir de las investigaciones arqueológicas comenzadas en 1967, se sabe que los pobladores de Tastil fueron excelentes teleros, fabricaban objetos de piedra y cerámica, criaban camélidos, cultivaban al pie de las montañas y comerciaban con los pueblos andinos.

Legado cultural. Para conocer la Argentina en profundidad, visitar estos arqueológicos resulta imprescindible. La cultura de nuestro país es la consecuencia de un entramado étnico y cultual donde cada parte forma un todo rico complejo. Empezar por el origen es el punto de partida para entender la historia, los procesos y la idiosincrasia de un pueblo. Animate a descubrir la cultura aborigen que habita nuestra tierra y acercate a Tangol. La agencia (situada en Florida 971, planta baja, local 31) te ofrece todo lo que necesitás para volver a los orígenes y desandar las huellas indígenas.









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