¿Cuál es la mejor ruta desde Salta hasta Purmamarca?
Importante pueblo con una creciente actividad turística, Purmamarca es la puerta sur de la Quebrada de Humahuaca, el sitio más famoso de la provincia de Jujuy. Desde Salta donde se puede alquilar un auto, existen tres rutas hacia este maravilloso lugar:
• La más rápida: hay que seguir la autopista 9 hasta General Güemes y luego la ruta 66 hasta San Salvador de Jujuy; dura aproximadamente una hora y media.
• La más aventurera: la ruta 51 por la línea del Tren a las Nubes hasta San Antonio de los Cobres, y luego la pista 79 que bordea a las Salinas Grandes hasta cruzar la ruta 52: acá, sólo queda pasar la cuesta de Lipan antes de llegar tranquilamente hasta Purmamarca. Cuenten con 7 horas y comprueben el estado de la pista antes, prefieran una camioneta o un 4x4.
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La más linda: la ruta de la cornisa, que atraviesa la montaña, y designa el tramo de la ruta 9 entre Salta y San Salvador de Jujuy. Debido a la presencia de la autopista 9, no se utiliza mucho. También se explica por el hecho de que atraviesa las yungas, los valles andinos que comienzan a emerger y hacen que la carretera sea muy estrecha y sinuosa en algunos lugares. Eviten tomarla de noche o con tiempo lluvioso, pero no se arrepentirán de las vistas que les ofrecen, sobre todo al cruzar de la provincia de Salta a Jujuy, y en el embalse de las maderas.
Con la última opción, el trayecto dura aproximadamente dos horas hasta San Salvador de Jujuy. Allá, no hay nada especial que hacer, ya que esta activa ciudad no ha conservado nada de su pasado colonial. Es posible hacer una pausa en la plaza Belgrano para admirar sus fuentes, sus grandes árboles y los edificios que la rodean (el cabildo, la casa de gobierno, la catedral y su museo), pero la falta de tiendas y bares se nota rápidamente.
Salimos rápido de San Salvador de Jujuy en dirección a su provincia, una región montañosa donde el aire se vuelve más claro debido a la altitud. Dirección la Quebrada de Humahuaca, ¡patrimonio mundial de la Unesco! Esta Argentina andina, cercana a Bolivia tanto geográficamente como en su forma de vida, representa casi 10.000 años de historia. Las civilizaciones se han sucedido y el quechua se sigue hablando hoy en día junto al castellano.
A unos 20 kilómetros al norte, por la ruta 9 que bordea el Río Grande, tranquilo en verano y seco en invierno, se encuentran las pequeñas localidades de Villa Jardín de Reyes y Yala. Ambas conducen respectivamente a las Termas de Reyes y a las Lagunas de Yala por una ruta que puede completarse en media jornada a modo de bucle. Lo recomendamos a los amantes de los paseos por la montaña, como simple contacto con la naturaleza para descubrir esta selva verde, que todavía no es muy popular.
Para llegar allá, se deja la ruta 9 a la derecha para tomar una pista de ripio, que es muy sinuosa y empinada en algunos lugares. Por lo tanto, es mejor evitar ir allí en un coche urbano. Entramos en el Parque Provincial Potrero de Yala, con la primera parada en el aparcamiento. La Laguna Rodeo es un lugar ideal para descansar y hacer un tranquilo picnic mientras se admira el hermoso paisaje que le rodea. Hay un sendero que rodea el lago si les apetece dar un paseo, y hay algunas rutas de senderismo disponibles, de diferentes dificultades:
jujuyturismo.com.ar/yala.php. Para los que hayan olvidado su picnic, el restaurante La Turuca les acoge en las alturas del lago, prometiendo una vista inmejorable del lugar. También es posible dormir allá.
Tomamos la pista inicial para acceder a otros lugares, como la Laguna Comedero o la Cascada de Reyes, escondidos por la frondosa vegetación, hasta llegar a las Termas de Reyes. Este gran hotel construido en la ladera de la montaña permite relajarse a orillas del Río Reyes, y ofrece una hermosa vista del valle esculpido por el cauce del río desde sus distintos miradores.
De vuelta a la ruta 9, donde el paisaje de yungas, hasta entonces verde, da paso poco a poco a un paisaje más desértico compuesto por arbustos espinosos y cardones, cactus todos más altos que los demás. Nos adentramos en la quebrada y vemos la variación de colores que componen el suelo de la montaña, desde el ocre hasta el gris y el beige, según la hora del día: esto nos da una idea de lo que nos espera más al norte. Los pocos pueblos que atravesamos están a más de 2000 metros de altitud. El pueblo de Tumbaya, última parada antes de Purmamarca, que está a sólo 20 kilómetros, tiene una pequeña iglesia amarilla en su centro, bien conservada por dentro y por fuera, así como un cementerio con algunas tumbas de colores.